Valle de los Reyes - Kazajstán

A una altura de 1120 metros, siete kilómetros al oeste del pueblo de Berel, Kazajstán, un cuerpo totalmente conservado de un precio escita fue descubierto en uno de los 36 kurgans, túmulos funerarios esparcidos por los prados sembrados de margaritas del fondo del valle. El siguiente cuerpo encontrado era el padre del primero, pero hoy se considera su madre, y alrededor de los restos humanos se colocaron dos enterramientos de caballos de 13 y 17 animales con bridas ricamente adornadas, arneses ornamentados, sillas de montar e incluso tocados.

Los arqueólogos del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Kazajstán y del Centro Nacional de Investigación de Francia encontraron muchos objetos junto a los cadáveres, de los que aprendieron mucho sobre el modo de vida escita. Entre ellos había mesas de madera con tallas, joyas de oro, alfombras de fieltro y lana y herramientas domésticas. Los excavadores sospechaban que los antiguos escitas utilizaban una tecnología especial para construir los kurganes, que permitía congelar rápidamente los cuerpos de los difuntos, conservándolos así en un estado asombroso. (Un caballo, al ser exhumado, estaba tan bien conservado que aún quedaba carne roja en el cadáver). En verano, el suelo sólo se descongela hasta 2-4 metros a esta altitud; los kurganes se construyeron de tal forma que sus cámaras están en un estado de congelación permanente.