Amir Timur

Timur nació en Transoxiana, cerca de la ciudad de Kesh (la actual Shahrisabz), al sur de Samarcanda. Su padre, Taraqai, era un noble menor perteneciente a la tribu de los Barlas. Los Barlas, eran originariamente tribus mongolas que se turquificaron.  Según Ge’rard Chaliand (experto francés en geopolítica), Timur era un turco musulmán pero se consideraba heredero de Gengis Kan. Tal vez por ello, quiso invocar el legado de las conquistas de Gengis Kan y también el estilo de vida nómada durante su vida, pero al mismo tiempo gastó muchos recursos en construir magníficas ciudades como Samarcanda y Shahrisabz.

Desde su infancia, se interesó por la política y el ejército. Se creía que era un genio militar y un estratega, con la pasión de trabajar dentro de una estructura política muy fluida para ganarse y poseer la lealtad de los nómadas durante su gobierno en Asia Central. También se le consideraba extraordinariamente inteligente, no sólo intuitiva sino también intelectualmente.  

En Samarcanda y durante sus numerosos viajes, Timur, bajo la dirección de distinguidos eruditos, aprendió las lenguas persa, mongola y túrquica. Significativamente, Timur se caracterizó por ser un oportunista. Aprovechando su herencia turco-mongola, Timur utilizó con frecuencia la religión islámica o la ley y las tradiciones del Imperio mongol para alcanzar sus objetivos militares o sus fines políticos internos.

Como el centro del imperio de Tamerlán era Asia Central, quiso designar su ciudad natal, Shajrisabz, como capital, pero preocupaciones políticas particulares le obligaron a permitir que Samarcanda recibiera el cariñoso nombre de «Estrella Brillante de Oriente». Ello no le impidió construir allí un gran palacio fortificado cuyas magníficas puertas siguen en pie.